Este mes podremos admirar la luna más grande y brillante de los últimos 70 años, fenómeno que tardará unos cuantos años más en repetirse (Video). Los humanos siempre hemos disfrutado de la observación de la luna, desde que somos niños bien pequeños. Es el reflejo de lo inalcanzable, está ahí en toda su belleza pero no podemos tocarla. Tan inalcanzable como ciertos deseos, irreales, a los que los humanos somos propensos. A lo largo de este mes de la megaluna os hablaré de ciertos deseos también inalcanzables que los cirujanos plásticos vemos a menudo en nuestro trabajo y que titularé No me pidas la Luna.
En esta ocasión quiero reflexionar sobre las expectativas de los pacientes que se van a someter a una cirugía plástica.
Los cirujanos plásticos realizamos dos tipos de cirugías, según su finalidad : cirugía reparadora (reconstructiva) que es aquella destinada a recuperar la función, fisiología o anatomía, lo más parecidas a lo que consideramos normal…
Y cirugía estética: cuya finalidad es el embellecimiento o rejuvenecimiento de nuestra apariencia, en función de la norma estética en vigor (lo comentaremos en otra ocasión)
Pero… ¿Cuál es realmente el punto que marca la diferencia entre una y otra? Podríamos deliberar horas al respecto: ¿Qué es normal? ¿qué consideramos belleza?.
Cuando un paciente acude con un problema de este tipo, reclama un resultado que él puede considerar normal, pero lo que realmente está demandando puede ser, en muchas ocasiones, una mejoría que tal vez no sea posible alcanzar. Es muy importante que la comunicación cirujano-paciente sea fluída, que el paciente entienda bien qué se puede lograr, tan importante como que el cirujano comprenda cuáles son las expectativas reales del paciente.
Acabo de leer un artículo de un gran divulgador científico de nuestro país, conocido como Centinel en las redes sociales, L. Jiménez, químico muy preocupado y estudioso de la nutrición. En este artículo expone cómo la liposucción no sirve para adelgazar, ni para reducir los riesgos cardiovasculares asociados a la obesidad, ni siquiera para mejorar la celulitis…
Pues bien, esto para cualquier cirujano plástico es una obviedad: siempre explicamos a nuestros pacientes las técnicas de liposucción como un método de remodelación corporal, que nos ayuda a mejorar el contorno del cuerpo retirando aquellos depósitos grasos que alteran y deforman la silueta. Tan claro es para nosotros que nos olvidamos cómo a la mayoría de nuestros pacientesrealmente la palabra liposucción les trae de inmediato a la mente la idea de una figura escultural, fina, delgada, sin grasa, con curvas perfectas.
Son muchos los pacientes que acuden a solicitar una liposucción con la expectativa de bajar de peso, de “quedar delgados” tras la cirugía, pero no necesariamente nos lo especifican así ,ya que para ellos es obvio; y nosotros entendemos que buscan mejorar aquellas zonas de acúmulos grasos visibles, pues también es, para nosostros, lo obvio y no profundizamos en qué es lo que realmente el paciente espera obtener como resultado. Este es un ejemplo de mala comunicación habitual, simplemente porque para ambos está asumido como real los conocimientos previos que tiene cada uno al respecto.
Imagina que tienes mucha grasa acumulada en tus caderas, más en un lado que en otro, que hasta con ropa se nota la asimetría, que te parece que todo el mundo te mira directamente a tu “defecto”, que no encuentras ninguna prenda que se ajuste a tus medidas, que tienes un ligero sobrepeso, y eso que te has esforzado siguiendo alguna dieta y ejercicio físico…
Bien, con una liposucción me puedes pedir las siguientes cosas :
- Que tus caderas se igualen, pero no que sean exactas.
- Que queden más esbeltas, pero no más estrechas (debajo hay músculo y hueso que te dan la medida).
- Que te adelgace esa zona, pero no que adelgaces tú.
- Que la gente ya no te mire por tu deformidad, pero no que aplauda tu hermosura y te eche piropos al caminar.
- Que te quede una capa fina de grasa bajo la piel de la zona tratada, pero no que te desaparezca la grasa de todo tu cuerpo.
- Que puedas encontrar ropa que se te adapte a estas medidas, pero no que te baje 4 tallas.
- Que estés más contento con tu cuerpo, pero no que te proporcione la felicidad…
No me pidas la Luna – Dra. Álvarez